viernes, 27 de marzo de 2009

con...Xión #7


Barbie... ¿culpable o no?

A sus 50 años Barbie es totalmente una "muñeca": cuerpo escultural y talla cercana a cero. No es de sorprender que muchas niñas quieran lucir como ella, por lo que una de las criticas que ha recibido en su medio siglo de vida es la de favorecer un estándar ilusorio de belleza.

Toda niña que posee en sus manos una Barbie lo único que tiene en mente es querer ser como ella. Esta muñeca es perfecta, es linda, popular, feliz y querida por todos. Para una pequeña adolescente la razón de tanto éxito y felicidad podrían ser debido al esplendido cuerpo que dicha muñeca refleja.
Pero…. ¿Podemos culpar a un juguete por nuestros malos hábitos? Verdaderamente, esta pregunta es un gran paradigma puesto que la muñeca es creada solo para diversión infantil. Claro, con el paso del tiempo ha sido tomada como un estereotipo de la mujer ideal. Estas rubias de cintura estrecha han extendido un ideal de belleza que ya persiguen las niñas en edades comprendidas entre los cinco y ocho años.
El fabricante de Barbie, dijo respecto al estudio: “Barbie no está fabricada según un modelo humano. Barbie permite a las niñas soñar que pueden ser todo lo que ellas quieran cuando sean mayores”. Claro esta que un juguete por si solo no puede influir en las acciones de un adulto, pero si en la de un niño, en nuestros caso una niña. Misma niña que ve a Barbie como un ejemplo a seguir, en ningún lado dice que es fea, al contrario ella es muy bonita y las pequeñas mentes de las jovencitas muchas veces caen en recursos para bajar de peso sumamente peligros, la anorexia.
Estas figuras ultradelgadas provocan que las niñas ya no estén tan satisfechas con su propio cuerpo”, ocasionando de esta manera que las niñas quieran imitarla o parecerse a ella cayendo en el error de seguir unas pautas de belleza muy estrictas. Esto mismo nos pasa con las modelos y los modelos que salen en la televisión. Se muestras figuras totalmente estereotipadas que promueven cuerpos esplendorosos y perfectos.
Podemos seguir soñando con ser muñecas de carne y hueso, hacer todo como la protagonista de nuestros juegos infantiles, pero recuerden que lo más importante no son las medidas, sino el corazón y el intelecto.
Por: Alicia Rodríguez y Nubia Covarrubias

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